Para orar...



Señor,
mi fe te mira presente
porque Tú todo lo llenas,
estás en todas partes para que
en todas partes yo te busque,
en todas partes te encuentre,
en todas partes te bendiga,
en todas partes te ame.
Señor,
estás dentro de mí para darme y conservarme el ser,
delante de mí para guiarme,
detrás de mí para defenderme,
a mi lado para compañarme,
estás siempre conmigo para inspirarme,
para fortalecerme, para darme el ser.
Señor,
que te ame con todo mi corazón
con todo mi entendimiento,
con todas mis fuerzas y con todo mi ser.
Que con este mismo amor ame a todos los hombres
especialmente a todas las personas
con quienes convivo.
Que mi oración sencilla, humilde y sincera,
sea, Señor, para gloria y alabanza tuya. Amén.



BENDICIÓN DE SAN FRANCISCO

 El Señor te bendiga y te guarde;
te muestre su rostro y tenga misericordia de ti.
Vuelva a ti su mirada y te conceda la paz.
El Señor te bendiga.
                                      San Francisco de Asís

CADA MAÑANA

Cada mañana sales al balcón
y oteas el horizonte
por ver si vuelvo.

Cada mañana bajas saltando las escaleras
y echas a correr por el campo
cuando me adivinas a lo lejos.

Cada mañana me cortas la palabra
te abalanzas sobre mí
y me rodeas con un abrazo redondo
el cuerpo entero.

Cada mañana contratas la banda de músicos
y organizas una fiesta por mí
por el ancho mundo.

Cada mañana me dices al oído
con voz de primavera:
Hoy puedes empezar de cero.
                                                       Francisco Loidi


Enséñame, Señor, a vivir el don de cada día

Enséñame, Señor, a vivir el don de cada día
sin otros planes que los tuyos, los de cada día.
Que pueda maravillarme de tu amor, Padre, cada día.
Que el rostro de mi prójimo sea nuevo para mí, cada día.
Dame un corazón, Señor,
manso con el sufrimiento de cada día,
fuerte en la lucha de cada día,
amoroso, en la oración de cada día.
Que cada día sepa confiar en Ti, Padre,
dejando en tus manos el mañana,
sin inquietud, sin prisas.
Que cada día estrene tu paz,
recibiendo de Ti, cada día,
salud o enfermedad, éxito o fracaso,
progreso o retroceso.
Enséñame, Señor,
a vivir el don de cada día.
                                                              Javier Garrido